viernes, 11 de noviembre de 2011

La necesidad de la cultura

Corren tiempos turbios en los territorios más frágiles de la cultura, desaparecen festivales de cine, de artes escénicas, se recortan presupuestos, se eliminan actividades básicas en bibliotecas, se revocan subvenciones, algunos teatros están en peligro de muerte... un gran tejido artístico-cultural que se ha ido entrelazando, fortaleciendo y enriqueciendo durante los últimos 30 años en España está a punto de desmoronarse.
Ante cuestiones esenciales como la sanidad, la educación o la vivienda, la cultura parece ser un lujo, esta situación puede hacernos perder la noción de por qué la cultura es necesaria, es más podemos empezar a creer que no lo es. Pero la inesencialidad de la cultura es sólo una apariencia engañosa por muchos motivos.
En primer lugar, la cultura es un derecho básico recogido tanto en el Artículo 44 de la la Constitución Española, como en el Artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En segundo lugar, la cultura en nuestro país representa un 4% del P.I.B, también representa un motor económico, fuente rica de autoempleo, generadora de proyectos que enriquecen y mejoran barrios y negocios colindantes a lugares donde se desarrollan eventos artísticos. Atrae al turismo y beneficia a la hostelería. Creo que en los tiempos que corren este punto no es nada despreciable.
Y en tercer lugar, y mucho más importante, la cultura, y más en concreto el Arte tiene valor incalculable para nuestra sociedad: es emancipatoria, pedagógica, nos hace libres e independientes, abre puertas a nuestra curiosidad, a nuestras ganas de conocer e investigar. Hace crecer y madurar a la ciudadanía. ¿Tal vez por ello hay un desinterés general por estos temas en el clima político actual? ¿acaso no les interesa a nuestros gobernantes –presentes y futuros-, contar con un pueblo crítico, creativo e inteligente?
No quiero un futuro para mis hijas en el que no se contemple una protección del Arte y la Cultura por parte del Estado y sus gobernantes. Quiero que mis impuestos se dediquen a ayudar a los creadores, investigadores y generadores de proyectos culturales, pues me parece que cada céntimo de euro invertido en estos sectores es mucho más constructivo y rentable que los empleados en defensa, por ejemplo.
Asumo recortes, para todos los sectores, asumo estrecheces, asumo cambios de modelos, pero no es asumible un deterioro del estado de bienestar en sus aspectos básicos, y dentro de estos aspectos básicos, para mí debería estar incluida la Cultura, su protección y su accesibilidad.

miércoles, 12 de octubre de 2011

No me gusta trabajar

<<Como casi toda mi generación, fui educado en el espíritu del refrán "La ociosidad es la madre de todos los vicios". Niño profundamente virtuoso, creí todo cuanto me dijeron, y adquirí una conciencia que me ha hecho trabajar intensamente hasta el momento actual. Pero, aunque mi conciencia haya controlado mis actos, mis opiniones  han experimentado una revolución. Creo que se ha trabajado demasiado en el mundo, que la creencia de que el trabajo es una virtud ha causado enormes daños y que lo que hay que predicar en los países industriales modernos es algo completamente distinto de lo que siempre se ha predicado>>.
Así comienza Bertrand Russell su célebre “Elogio a la ociosidad”. Cuando leí por primera vez este texto confieso que me sentí aliviada: tener una visión negativa del trabajo no parecía ser algo tan extraño y horrible si antes lo había declarado todo un Premio Nobel.
No hace falta ser un anarquista radical anti-sistema para creer que el trabajo no es bueno, que no me dignifica, que no suele ser más que un modo de perder tiempo vital, de alienarnos, de hacernos menos personas y más objetos de consumo.
Se me objetará que todo ello depende del trabajo que desempeñes, de tu remuneración, de tu vocación o pasión por lo que haces. Evidentemente no es tanto el contenido propio del trabajo, como la forma en que este se organiza, los horarios incomprensibles, las jerarquías, las distancias que hay que recorrer y el tiempo no productivo que muchas veces se pierde, por no hablar de la falta de reconocimiento material, social y moral de muchas tareas y profesiones. Muchos de estos problemas que frustran y hacen infelices a millones de personas en el mundo seguramente podrían resolverse de una forma sencilla atendiendo a los avances tecnológicos y al reparto más equitativo de los tiempos y los salarios.
El caso es que quería llamar la atención sobre este tema, no sólo a propósito de la conciliación familiar –cuestión que deja bastante que desear en nuestro país-, sino también por el bien, la satisfacción y la felicidad general de nuestra sociedad.
Y Russell no ha sido el único que ha planteado el conflicto trabajo-ocio. Diferentes autores han argumentado contra las obligaciones laborales desde puntos de vista morales, sociales, antropológicos, psicológicos, biológicos… y han intentado aplicar diferentes soluciones, dependiendo de la ideología del autor, la época o el contexto. Seguramente la polémica es tan ancestral como el propio trabajo. Nos podemos remontar a los Cínicos y a los que por ellos han sido influidos. Otro episodio popular al respecto, lo protagonizó Paul Lafargue con “El derecho a la pereza”.
Y lo último que he leído sobre ello, mucho más poético y profundo que todo lo demás es de Michel Onfray en “La escultura de sí. Por una moral estética”. No es que sea un libro temático acerca del tiempo y sus usos, pero aborda la cuestión con elocuencia:  <<Recordemos que el empleo del tiempo, que es voluntad de alternar en bloques de duración medidos y calibrados la libertad y la necesidad, el trabajo y el ocio, es un auxiliar del principio de realidad contra el principio de placer, claro está. Y esto en todos los casos posibles. En virtud de esta aritmética se deciden la dependencia y la independencia, lo laborable y lo festivo, el trabajo y las vacaciones. Lados nocturnos y lados diurnos. Inviernos sin sol y breves noches de verano. Los ritmos de la civilización ignoran los del individuo, que son circadianos. Más aún, los destruye, los reducen a la nada en aras del orden social, convertido en economía. El tiempo burgués es productivo, factor de acumulación para la reproducción. Supone la mecanización de la jornada. El del dispendioso, en cambio, es gozoso, principio de consumación y auxiliar de la invención. Induce una transmutación de los valores al final de la cual el individuo ya no está al servicio del tiempo, sino, al contrario, el tiempo está al servicio del individuo. Obedece y se somete a su ley, a sus caprichos>>.
Creo que entre todos me han convencido… menos mal que mañana es fiesta.

lunes, 12 de septiembre de 2011

¿Por qué escribo en este blog?


Después de casi dos meses sin escribir en este blog me preguntaba si esto tenía algún sentido, si servía de algo, para qué lo había abierto. Y creo que tengo alguna respuesta.
Un profesor mío decía que era necesario dialogar con los filósofos a través de sus escritos. Cuando lees no debes tener un papel pasivo, sino que es necesario hacerse preguntas y escudriñar las respuestas a través de las palabras de los libros. Y esta precisamente, es una de las razones por las que comencé esta bitácora.
Soy lectora, y cada nuevo texto me abre mil ventanas con diferentes paisajes que explorar. El atravesar cada ventana me crea incertidumbres e inquietudes que me gusta compartir. Mis reflexiones, no son tanto una crítica literaria –no soy quien para criticar a autores sabios-, sino más bien aquello que me gustaría poder charlar con el autor, aquello que me ha inspirado su lectura, las ramas que crecen del tronco y se dispersan en todas las direcciones.
Además de ese modesto diálogo con aquello que leo, tengo otra razón para escribir. Razón universal: cuando verbalizas un pensamiento –sea hablando o escribiendo- la perspectiva del mismo cambia. No es lo mismo una idea inmaterial en mi cabeza, que una idea materializada en un papel/pantalla. Los conceptos toman otra forma, las madejas se desenredan, las piezas encajan, los pareceres incluso cambian.
Otra cuestión es por qué escribo en la red, en un sitio público al que cualquiera puede acceder. ¿Necesito que alguien lo lea para darle un mayor sentido? ¿Necesito críticas o elogios, aprobación o empatía? Seguramente si, aunque al principio me parecía que si abría un blog, me sentiría obligada a mantenerlo activo, me daría cierta disciplina para escribir regularmente y esa fue la razón principal de hacerlo.
De momento no he sido muy disciplinada, pero me he sentido bien escribiendo aquí y recibiendo comentarios. No tengo aspiraciones, no creo que vaya a sumar decenas de seguidores, a alojar publicidad o a escribir un libro con mis post más populares, pero me siento bien, me ayuda, es casi terapéutico, me divierte y espero divertir a quien me lea ¿qué más razones puedo tener?

miércoles, 27 de julio de 2011

Una nueva maternidad. El libro.

Pensé que había tenido suerte al ganar en un sorteo, organizado por el blog Tenemos Tetas, un lote de libros. Pero ha sido mucho más que suerte: ha sido placer, reflexión, emoción, solidaridad, empatía, indignación, compromiso… he encontrado respuestas, me han surgido preguntas y sobre todo he hallado amigas que no conozco y seguramente nunca me conocerán, pero con las que he mantenido un diálogo secreto a través de lo que ellas han escrito.
Y es que el libro UNA NUEVA MATERNIDAD (Editorial OB STARE), que acabo de terminar, es un compendio de breves artículos acerca  del concepto  “nueva maternidad” en los que se trata de crianza, respeto, feminismo, sexualidad, política, antropología… siempre desde el punto de vista de quince mujeres comprometidas y sabias, que nos aportan su experiencia como madres, como mujeres-hermanas, como doulas, como asesoras expertas en lactancia. Es un libro sobre crianza escrito  “no por psicólogos ni pediatras ni gurús sino por madres que reflexionan y trabajan a la vez que crían y alimentan a sus hijos”. Es una mezcla perfecta de espiritualidad-ciencia ,emoción-objetividad, utopía-pragmatismo.
Otro rasgo a destacar es que el proyecto ha surgido en la red, a través de los blogs que gestionan las propias autoras, todos ellos con el común denominador de la maternidad y la crianza como temática  vertebradora de los mismos.
Los artículos (¿o debo llamarlos post?) que más me han gustado son los que tienen relación con el feminismo, las políticas de igualdad, el tiempo y el trabajo –el tiempo, el trabajo y el ocio son temas a los que llevo dando vueltas mucho tiempo…-, es decir, el aspecto más puramente político. Aunque cuando hablamos de maternidad consciente o nueva maternidad todo esta intrincado y relacionado, lo ético y lo estético, lo público y lo privado, nuestro cuerpo y la sociedad, el amor y la política, así que cuando se trata sobre lactancia  materna, porteo o colecho, también se está tratando de revolución y cambio social.
Estoy feliz de que este libro me haya llegado a las manos por casualidad porque ha sido una sorpresa que me ha abierto mil puertas que cruzar.
Es un regalo genial para mujeres embarazadas y madres recientes, pero también se lo recomiendo a todo aquel que quiera que el mundo sea mejor, pues se aportan claves sencillas que nos pueden ayudar a ver el mundo desde otra perspectiva, que pueden ponernos en la senda de la felicidad colectiva.
Doy las gracias a Ileana Medina por este maravilloso regalo, y doy las gracias al resto de la tribu 2.0 por compartir sus sentimientos y experiencias, y doy las gracias a toda La Tribu virtual mundial, porque junt@s es más sencillo salvar los escollos del camino, porque me hacen creer que la revolución pacífica  y maternal es posible, porque me devuelven la confianza en el ser humano tantas veces perdida y porque me acompañan en este viaje  solitario de la maternidad como auténticas compañeras y hermanas.




sábado, 11 de junio de 2011

Gramática de la fantasía

“El hombre juega únicamente cuando es hombre en el pleno sentido de la palabra, y es plenamente hombre cuando juega”. F. Schiller.

Hace muchos años leí “Gramática de la fantasía” de Gianni Rodari, pero en ese momento no me interesó demasiado. Hasta tal punto pasó desapercibida está lectura en mi, que recientemente compre el libro (que ya tenía en casa en una más antigua y mejor edición), y hasta la mitad del mismo no me di cuenta de que no estaba leyendo, sino releyendo.
Ahora bien, en esta segunda vuelta no es que me haya gustado, es que me ha entusiasmado. Supongo que mis motivaciones, mis necesidades y mi acervo cultural han cambiado, y eso ha hecho que el contenido del libro ahora me parezca imprescindible –sobre todo para padres, educadores y creadores en su más amplio sentido de la palabra-.
Gianni Rodari es un intelectual de los de antes, pero sin pedanterías. En su Fantástica propone al lector sencillos juegos, usando como herramienta sobre todo la palabra, para lanzarse a crear, a imaginar. El más conocido de todos estos juegos es el BINOMIO FANTÁSTICO (se toman dos palabras, dos conceptos, dos personajes, dos frases e incluso dos historias, extrañas entre sí y se enlazan de forma fantástica para crear algo nuevo y mágico).
Pero además Rodari hace una crítica constructiva a la Escuela –a la metodología educativa-, y a pesar de haber escrito el libro a principios de los 70’, desgraciadamente, esta crítica sigue siendo necesaria.
Mis hijas aún no van al colegio, y nada me gustaría más que encontrasen una escuela en la que el maestro <<es un promotor de creatividad. Ya no es aquel que transmite un saber brillantemente acabado, un bocado por día; un domador de borriquillos; un amaestrador de focas. Es un adulto que está con los chavales para expresar lo mejor de sí mismo, para desarrollar también en sí mismo los hábitos de creación, de la imaginación, del compromiso constructivo en una serie de actividades que ya se consideran equivalentes: las de producción pictórica, plástica, dramática, musical, afectiva, moral (valores, normas de convivencia), cognoscitiva (científica, lingüística, sociológica), técnico-constructiva, lúdica, ninguna de las cuales ha de entenderse como entretenimiento o distracción respecto a otras que se consideran más dignas. Ninguna jerarquía de materias>>.
Se que muchos educadores y profesionales de la educación se están esforzando por cambiar cosas en la escuela pública, a pesar de las dificultades que los políticos y las burocracias les ponen. Pero no podemos dejar esta labor únicamente a ellos. Los padres debemos estar al pie del cañón y Rodari da instrumentos y motivación para hacerlo. Los niños no sólo necesitan instrucción, ¿qué hay de la actitud crítica, la inteligencia emocional, la creatividad, la educación moral…?
Los planteamientos de Rodari que se vieron influidos e influyeron en el Movimiento Italiano de Cooperación Educativa me han recordado también al conmovedor documental “Pensando en los demás”, en el que un profesor japonés propone a sus alumnos escribir unas cartas muy especiales.
Espero que todo esto me sirva… de momento, en un “ejercicio práctico” me he inventado una adivinanza: “Tan alta como un árbol centenario, no da sombra sino todo lo contrario”… no daré la solución para que vuestra fantasía se ponga en acción.


martes, 7 de junio de 2011

La nueva maternidad

Desde "tenemos tetas" se nos propone a las madres blogeras que creemos un post acerca de lo que es para nosotras la “nueva maternidad”. Recojo el guante.
Hay una oleada masiva de madres comprometidas con el hecho de serlo, que hemos decidio criar a nuestros hijos con apego, cariño, ofrecíendoles nuestro tiempo, nuestra leche, nuestro alma.
Madres que intentamos hacer poesía para ellos cada día, que ponemos nuestros culos en el suelo de sus habitaciones, que escuchamos antes de imponer, que abrazamos antes que ignorar, que mostramos antes que exigir...
Oleadas de madres con padres, con otras madres, solas, con abuelos o bisabuelas igualmente comprometidos, haciendo tribus, tribus presenciales y tribus virtuales, compartiendo a través de las redes nuestras experiencias, ayudándonos para hacernos mejores y hacer mejores a nuestros hijos.
Madres que creemos en la utopía de que el mundo de nuestros hijos, presentes o futuros, será un mundo mejor, porque ellos conseguirán hacerlo mejor.
Madres que queremos dejarles una herencia de seguridad y optimismo.
Madres que se abrazan a la naturaleza y a sí mismas.
Madres musicales, madres mágicas, madres lobas, madres cuentistas o lectoras, madres árbol, madres flor, madres.
Pero ¿realmente esta maternidad es nueva o simplemente somos más visibles porque la tecnología hace que podamos mostrarnos más? ¿acaso mi abuela no era una “nueva madre”, críando a sus tres hijos con amor, teta y canciones? La mayoría de las cosas que hacemos ya estaban inventadas, son sabiduría popular, está en nuestra memoria genética... Seguramente las nuevas madres somos más antiguas y ancestrales de lo que pensamos, sólo que adaptadas a la contemporáneidad (tecnología, relaciones sociales, manejo de la información, etc.).
La influencia social, las leyes de conciliación, la lucha por la igualdad de la mujer han ido en zig-zag respecto a la maternidad, han dado un paso para delante y dos para atrás y todo ello ha hecho que muchas madres, en las últimas generaciones, que eran -y son- “nuevas madres” no hayan podido ejercer la maternidad de esta manera plena y consciente. Pero ahora tenemos la posibilidad de elegir y, lo que no podemos elegir, podemos luchar para cambiarlo, hacer nuestra madre-revolución, juntas y poderosas. Madres.

sábado, 21 de mayo de 2011

Reencontrada

Cuando me quedé embarazada comencé a experimentar un extraño aunque maravilloso proceso de enajenación. Fue como ir saliendo de mi, de mi piel, como verme desde fuera en un viaje astral, extracorporal. Tal vez la conexión íntima con mi propio cuerpo la viví como algo tan alejado de todo lo que había sentido antes que me parecía ser ajena a mi… Pero no sólo físicamente me sucedió esto y durante estos casi tres años he ido progresivamente plegándome hasta darme totalmente la vuelta, como un calcetín. Ha llegado a tal punto que hubo un momento que no me hallaba, que creía ser otra siendo la misma. Aunque suene paradójico es lo más real, ¿acaso no evolucionamos y cambiamos constantemente siendo siempre los mismos, o siendo los mismos de siempre? Y el proceso de maternidad/crianza te lleva a otro estadio mental y corporal, hasta un lugar desconocido y emocionante.
Creo que muchas veces la presión social sobre las madres, los medios de comunicación, etc. quieren hacernos pensar que la maternidad no cambia nada, que deja todo como estaba, tu cuerpo, tu sexualidad, tus relaciones sociales, tu trabajo… y eso es totalmente falso. La maternidad te pone cabeza abajo y te remueve, y esa metamorfosis, real y dolorosa se convierte en lo mejor que te podría haber pasado, pues no sólo nace un niñ@ -o en mi caso dos-, sino que nuestra vida también renace (nace una madre, una nueva mujer, otro espíritu, otra visión…). 
El caso es que después de esta re-evolución interior, están sucediendo ciertos acontecimientos en mi vida que me están conectando con quien era antes, que en realidad es la misma persona que soy ahora: reencuentros con amigas de la infancia y la adolescencia, una imagen exterior más aproximada a mi propia imagen interior, revoluciones exteriores que me inquietan, me emocionan, me ilusionan, y, sobre todo, el haber destetado a mis hijas… esto me ha llevado a otra etapa, a otro nivel y ahora vuelvo a ser yo sin serlo realmente, siendo más y, seguramente, mejor, pues yo ya no soy sólo yo, sino que siempre ya seré nosotras.